Desde el Colectivo SUR expresamos nuestra adhesión a la convocatoria para el próximo Paro Nacional, y hacemos nuestro el descontento que alienta las luchas de todo el pueblo: campesinos, indígenas, estudiantes, mujeres, trabajadores, pequeños empresarios, maestros y muchos otros.
Para la gran mayoría, el “crecimiento económico” tan celebrado por el gobierno y los grandes medios de comunicación, sólo ha significado el alza del costo de vida, el deterioro y privatización de los servicios públicos, el saqueo de nuestros recursos naturales, y una brutal represión que ya ha causado varias muertes.
¿Quiénes se benefician entonces del “crecimiento” y el “desarrollo”? Si la plata nunca alcanza en los hogares, los hospitales se caen a pedazos, la educación pública tiene cada vez menos presupuesto, los sueldos de los trabajadores nunca suben, ¿a dónde se va la riqueza que todos generamos?
Pues a dónde siempre se ha ido. A las cuentas bancarias de los ricos, a los balnearios de Asia, a las clínicas privadas de lujo, a los colegios de élite, a las utilidades multimillonarias de las grandes empresas, a las coimas y sobornos para los magistrados y la “clase política”, a los proyectos de caridad para maquillar la desigualdad y la pobreza.
Los privilegios de unos cuantos se producen a costa de comunidades desplazadas y envenenadas, dirigentes perseguidos y asesinados, trabajadores explotados y derechos recortados, desinformación y embrutecimiento masivo y deliberado.
Así que no cabe esperar nada del “crecimiento”, la “inversión”, el “mercado” o la “globalización”. Las verdaderas alternativas sólo pueden construirse desde el pueblo, con solidaridad, auto-organización y democracia, de forma que el bienestar colectivo esté por encima de las ganancias en las bolsas de valores.
Comencemos el gran cambio desafiando el miedo y la violencia, la injusticia y la desigualdad. Este 9 de julio vamos a encontrarnos todos y a hacernos escuchar.
Para la gran mayoría, el “crecimiento económico” tan celebrado por el gobierno y los grandes medios de comunicación, sólo ha significado el alza del costo de vida, el deterioro y privatización de los servicios públicos, el saqueo de nuestros recursos naturales, y una brutal represión que ya ha causado varias muertes.
¿Quiénes se benefician entonces del “crecimiento” y el “desarrollo”? Si la plata nunca alcanza en los hogares, los hospitales se caen a pedazos, la educación pública tiene cada vez menos presupuesto, los sueldos de los trabajadores nunca suben, ¿a dónde se va la riqueza que todos generamos?
Pues a dónde siempre se ha ido. A las cuentas bancarias de los ricos, a los balnearios de Asia, a las clínicas privadas de lujo, a los colegios de élite, a las utilidades multimillonarias de las grandes empresas, a las coimas y sobornos para los magistrados y la “clase política”, a los proyectos de caridad para maquillar la desigualdad y la pobreza.
Los privilegios de unos cuantos se producen a costa de comunidades desplazadas y envenenadas, dirigentes perseguidos y asesinados, trabajadores explotados y derechos recortados, desinformación y embrutecimiento masivo y deliberado.
Así que no cabe esperar nada del “crecimiento”, la “inversión”, el “mercado” o la “globalización”. Las verdaderas alternativas sólo pueden construirse desde el pueblo, con solidaridad, auto-organización y democracia, de forma que el bienestar colectivo esté por encima de las ganancias en las bolsas de valores.
Comencemos el gran cambio desafiando el miedo y la violencia, la injusticia y la desigualdad. Este 9 de julio vamos a encontrarnos todos y a hacernos escuchar.
¡Viva el Paro Nacional del 9 de julio!
¡Fuera tropas yanquis del Perú!
¡Por la unidad de todos los que luchan!
¡Por una alternativa popular de gobierno!