miércoles, 10 de diciembre de 2008

ACUERDOS - PLENARIA REGIONAL DEL COLECTIVO SUR

SOBRE LA ARTICULACIÓN NACIONAL DE LA IZQUIERDA AUTÓNOMA / DE AUTONOMÍAS

a) El Colectivo SUR reafirma su voluntad de impulsar un proceso de articulación nacional de la izquierda autónoma / de autonomías en razón de las siguientes consideraciones:

  • Constatamos, en principio, la existencia de una gran pluralidad de actores dentro del campo popular, y de varios procesos paralelos que buscan articular y centralizar políticamente los esfuerzos de las y los luchadores sociales. Los más importantes desde luego son la Coordinadora Política y Social, y el Movimiento Cumbre de los Pueblos.
  • Reconocemos que en todos esos procesos, sin excepción, se arrastran vicios de una cultura política asentada en el personalismo, el verticalismo y el pragmatismo electorero de las cúpulas. No obstante, esas circunstancias, lejos de disuadirnos y empujarnos hacia la ruptura y el autismo político, nos confirman la urgencia de disputar y renovar desde dentro los procesos políticos desde los cuales tendrá que emerger una alternativa popular que le haga frente a la derecha gobernante y al neoliberalismo.
  • Nos reafirmamos firmemente en nuestros principios, aquellos que hemos enunciado en nuestros documentos y que nos dan una especificidad como parte de una corriente renovadora. No nos sentimos, empero, dueños de la verdad, y con nuestras diferencias, procuramos interactuar y articular con otros actores políticos y sociales.
  • Mirando hacia atrás en nuestra historia, constatamos que el pueblo castiga sin reparos la fragmentación. Persistir, por lo tanto, en la división por sutilezas retóricas implica no estar a la altura ni de las demandas populares ni de los enormes desafíos que tendremos que afrontar. Corremos el riesgo de quedar una vez más atrapados en el margen; de ser nuevamente desbordados por la historia.
  • En ese marco, desde el Colectivo SUR apostamos decididamente por construir la unidad con otras fuerzas políticas y sociales para intervenir en los procesos políticos de los años siguientes, que serán cruciales ya sea para mantener al Perú como el bastión conservador de América Latina o bien para enrumbarlo hacia un proyecto progresista que inicie el desmontaje del neoliberalismo y la descolonización del Estado.

b) El Colectivo SUR se compromete a seguir extendiendo la convocatoria para la articulación de la izquierda autónoma / de autonomías y el Encuentro Nacional, a todas las organizaciones y personas que se reconozcan de izquierdas y se identifiquen con la propuesta.

c) El Colectivo SUR aspira a construir la unidad de la izquierda autónoma / de autonomías más sobre aspectos programáticos que doctrinales. La unidad ideológica no nos parece un objetivo viable, ni una meta indispensable, al menos en el corto plazo. A partir de ese criterio, es que planteamos que todas las tensiones del Encuentro Nacional debemos procesarlas todos y todas con un espíritu unitario.

d) Frente a la coyuntura electoral del año 2011, el Colectivo SUR plantea que la corriente de la izquierda autónoma / de autonomías, tendría que situarse entre el abstencionismo anárquico y movimientista, y el electorerismo a ultranza de las izquierdas partidarizadas y de las cúpulas de algunas organizaciones sociales.

e) El Colectivo SUR invoca a que los documentos sobre la articulación que han sido producidos y circulados se sigan discutiendo en los diversos núcleos, con miras a centralizar las reflexiones y conclusiones en el Encuentro Nacional cuya fecha y sede aún están por definirse.

Arequipa, diciembre de 2008

miércoles, 26 de noviembre de 2008

VIRGINIA VARGAS Y PETER WATERMAN EN AREQUIPA


FEMINISMO Y SINDICALISMO
Viernes 05 y sábado 06
Diciembre de 2008

jueves, 20 de noviembre de 2008

BUSH GENOCIDA: EL PUEBLO PERUANO TE REPUDIA


El Colectivo SUR se suma a la ola de indignación por la llegada al Perú por segunda vez de George W. Bush, un criminal que encarna fielmente la depravación asesina y rapaz del imperialismo norteamericano. Sólo Alan García -quien tiene también un largo historial como violador de derechos humanos- el inefable Yehude Simon y su renovada corte de mercenarios pueden solazarse con el arribo con motivo de la APEC de tan infame personaje. El corazón del pueblo peruano mientras tanto, late junto a las víctimas del genocidio en Irak y Afganistán, junto a los millones de inmigrantes latinoamericanos que son perseguidos y acosados en los Estados Unidos, junto al pueblo de Cuba que resiste a pesar del más cruel y absurdo bloqueo, y junto a todos aquellos, en suma, a quienes la mano del imperialismo yanqui no ha llevado sino dolor, expoliación y muerte.

¡Fuera Bush del Perú!
¡Por la integración de los pueblos y no de las transnacionales!
¡Por una América Latina unida, socialista y soberana!

Arequipa, noviembre de 2008

lunes, 27 de octubre de 2008

SOBRE LA ARTICULACIÓN NACIONAL DE LA IZQUIERDA AUTÓNOMA

a) El Colectivo SUR saluda las respuestas que ha tenido y las inquietudes que ha generado su documento preliminar sobre el proyecto de articulación nacional de la izquierda autónoma.

b) Consideramos que la discusión sobre las cuestiones que han sido abordadas en los diferentes documentos producidos y circulados debe continuarse y profundizarse fundamentalmente al interior de cada una de las organizaciones y núcleos que se sienten involucrados y comprometidos con el proceso. En cualquier caso, ese debate debería ser fundamentalmente político y programático, antes que académico o de otra índole distinta.

c) Los actores identificados con esta iniciativa debemos hacer esfuerzos por extender ampliamente la convocatoria, también hacia fuera de los círculos universitarios.

d) Reformulando su planteamiento inicial, el Colectivo SUR propone avanzar hacia la realización de un I Encuentro Nacional de Organizaciones, Núcleos y Activistas de la Izquierda Autónoma para fines del mes de enero de 2009, que tenga como sede tentativa la ciudad de Arequipa. Para ello proponemos asumir con urgencia las siguientes tareas:
  1. Formar núcleos impulsores del Encuentro en las regiones donde sea posible hacerlo.
  2. Extender permanentemente la convocatoria desde los núcleos impulsores.
  3. Generar por vía electrónica informes permanentes desde los núcleos establecidos sobre el avance del proceso.
  4. Definir de manera conjunta hasta fines de noviembre una agenda de discusión para el Encuentro.
  5. Organizar encuentros regionales o macro regionales previos para madurar las discusiones.

Acuerdos de la I Asamblea Ampliada del
Secretariado del Colectivo SUR
Octubre de 2008

SOBRE LA COYUNTURA NACIONAL Y LA UNIDAD DEL CAMPO POPULAR

a) El Colectivo SUR respalda el proceso de articulación del movimiento popular y las fuerzas políticas progresistas torno a la Coordinadora Político Social y la Asamblea Nacional de los Pueblos.

b) Reconocemos como válida la opción de que la CPS tenga una proyección política y electoral siempre que ello implique un proceso de deliberación incluyente y democrática de todos los actores que la integran.

c) Rechazamos en ese sentido las imposiciones de caudillos y cúpulas que pretenden condicionar de antemano la evolución del proceso de la CPS.

d) Consideramos que las diferencias y contradicciones dentro del campo popular deben procesarse sin ser llevadas hasta la ruptura y la fragmentación. Condenamos todas las formas de paralelismo y división operadas al interior del movimiento social.

e) Denunciamos al neosenderismo como un factor particularmente nefasto, y como agente perpetrador del divisionismo y el violentismo irresponsable que en ocasiones se manifiesta en contextos de movilización social. Consideramos sumamente peligrosa la intolerancia política que el neosenderismo practica y difunde en sus espacios de influencia social. Afirmamos que es por lo tanto deber de la izquierda socialista y revolucionaria disputar políticamente esos espacios para derrotar de una vez por todas al neosenderismo que es, como lo fue el senderismo armado durante la violencia política, enemigo principalísimo de las izquierdas y del pueblo peruano.

Acuerdos de la I Asamblea Ampliada del
Secretariado del Colectivo SUR
Octubre de 2008

martes, 14 de octubre de 2008

7 ENSAYOS: 80 AÑOS DE HISTORIA


Segundo Festival del Libro
Arequipa 2008

miércoles, 1 de octubre de 2008

SOBRE LA DETENCIÓN DEL COMPAÑERO HUGO BLANCO


Noticiados de la detención en el Cusco del compañero Hugo Blanco, expresamos nuestra preocupación y nuestra solidaridad frente a este grave suceso. Nos indigna el ensañamiento con el que desde el Estado las élites pretenden conculcar los derechos de los campesinos y las comunidades, y nos alarma que esta espiral reaccionaria, en la que se persigue tan fieramente a los líderes populares, lo haya alcanzado también a él.

Pero al mismo tiempo este condenable atropello nos reafirma en la admiración y el aprecio militante que sentimos por el compañero Hugo Blanco, por su trayectoria histórica, por su fortaleza, por su consecuencia. Esta bravata vil de los poderosos sólo nos confirma la enorme estatura moral, política y humana del compañero Blanco, en la que los jóvenes socialistas nos reconocemos y nos inspiramos para seguir adelante peleando por una sociedad mejor.

Desde aquí exigimos la liberación inmediata del compañero Hugo Blanco y hacemos votos por la preservación de su integridad y de su salud. El pueblo combatiente lo reclama libre, reincorporado de nuevo en sus trincheras. Y confiamos en que muy pronto así habrá de ser.

¡Hugo Blanco, libertad!
¡Tierra o muerte!
¡Con Hugo, luchando, venceremos!
Arequipa, 01 de octubre de 2008
Secretariado del Colectivo SUR

lunes, 15 de septiembre de 2008

POR UNA BOLIVIA UNIDA, SOCIALISTA Y SOBERANA

El Colectivo SUR expresa su plena identificación y solidaridad con la revolución democrática y cultural liderada por los movimientos sociales y el hermano Evo Morales en Bolivia. Confiamos en que ninguna conspiración fascista, racista y secesionista, aun patrocinada por el imperio más poderoso y nocivo del planeta, podrá detener la lucha del heroico pueblo boliviano por alcanzar la libertad, la igualdad y la justicia.

¡Por una Bolivia unida, socialista y soberana!
¡Patria o muerte! ¡Socialismo o muerte!
¡Venceremos!

Colectivo SUR - setiembre de 2008

martes, 5 de agosto de 2008

CRITERIOS SOBRE LA UNIDAD DE LA IZQUIERDA AUTÓNOMA

Documento preliminar de trabajo y debate

1. Sobre la necesidad de un Referente Nacional de la Izquierda Autónoma

La definición más amplia de lo que es la Izquierda Autónoma corresponde a individuos, colectivos y organizaciones políticas no partidarizadas, las cuales conciben y ejercen la acción política en un espectro mucho más amplio que los parámetros prescritos por el liberalismo. Debido a ello, ésta se caracteriza por impulsar la necesaria renovación de discursos y prácticas emancipatorias que combatan –y no reproduzcan en su mismo seno- las relaciones de dominación en todas sus formas. Asimismo, afirma que una verdadera transformación se realizará desde las bases, poniendo así en cuestión la inoperancia y el carácter contradictorio de las organizaciones altamente jerarquizadas y burocratizadas. El carácter de su activismo, a partir de estas concepciones, le permite desenvolverse en diversos espacios y estilos de acción política (desde los espacios de poder de base hasta las luchas contra el patriarcado y el heterosexismo; creando caminos desde la contra-cultura hasta el ecologismo, las organizaciones barriales y estudiantiles; entre otros). Tiene a la horizontalidad como principal referente de organización y rescata la necesidad de la autonomía de las organizaciones. No se moviliza bajo doctrinas rígidas y estáticas – y por lo tanto sectarias- sino que actúa basada en principios y valores claros, viendo a la diferencia y la diversidad como poderosas armas de lucha.

La necesidad de generar una Izquierda Autónoma nace como respuesta a las enormes dificultades discursivas y generacionales con las que la Izquierda tradicional y partidarizada tropieza en su proceso de renovación. La Izquierda Autónoma detecta en ella prácticas sectarias, vanguardistas y caudillistas; un ejercicio endogámico de la política en los gremios y organizaciones sociales que logró cooptar, y en los que se atrincheró como producto del repliegue y debilitamiento que sufrió por más de una década. La Izquierda Autónoma constata la incapacidad de autocrítica de la Izquierda partidarizada, incapacidad que la lleva a reproducir vicios que han sido arrastrados e institucionalizados hasta la época actual, como sacrificar las organizaciones antes que perder los puestos de poder en éstas (en el caso universitario), imponiéndole grandes limitaciones para su rearticulación y para estar a la altura de las circunstancias actuales.

El actual, es un escenario donde las organizaciones sociales han dejado de asumir una posición meramente defensiva, y donde, por el contrario, se está viviendo su fortalecimiento y multiplicación, en respuesta a la creciente conflictividad generada por la profundización de las políticas neoliberales y la agudización de la represión. Sin embargo, toda la efervescencia social carece aún de una representación política formal, donde el proyecto del “nacionalismo” como interlocutor de los sectores populares resulta insuficiente, precario y ambiguo, siendo su triunfo electoral un correlato de la alta conflictividad social más que producto de un trabajo orgánico y sostenido. Asimismo, continúa existiendo una inmensa brecha entre la situación del campo popular en Lima y la costa norte respecto a la del resto del país. Entre otras cosas, la derecha electoral tiene en Lima, más del 70% de los cargos; los paros nacionales -que en el resto del país son acatados por casi la totalidad de las organizaciones- son acatados parcialmente; y la movilización, la organización y la articulación son poco contundentes e influyentes en el escenario local.

El colapso de la vieja Izquierda trajo su abierta fractura y dispersión, las cuales aún no ha logrado superar, repercutiendo en todo el campo popular. A pesar de su renovada influencia social en distintos gremios y organizaciones, no ha logrado establecerse como la interlocutora política y protagónica del campo popular; siendo su fracaso electoral un reflejo claro de su situación actual. Por otro lado, dentro del movimiento social, si bien con alta capacidad de movilización legítima, perduran tensiones y divisiones dentro de éste, alimentadas por la considerable influencia del neosenderismo y el fujimorismo de base (tanto de sus militantes como de sus prácticas), que, dentro de sus lógicas, enfatizan la confrontación directa y a ultranza con el Estado, antes que la acumulación y articulación más amplias y consolidadas. El recurso incuestionable a la violencia antes que la organización.

Dentro de todo este proceso de fortalecimiento del campo popular, el marco de las Elecciones Generales del 2011 será un escenario decisivo y polarizado entre el continuismo neoliberal y la demanda por un cambio de rumbo, en el que tiende a perfilarse una alternativa electoral a partir de la CPS. Dentro de este marco, potencialmente prometedor, la “salida moral” de la abstención resulta una alternativa conservadora y timorata, que no está de por sí a la altura del proceso y de las expectativas del pueblo. Ante ello, se manifiesta la necesidad de construir un espacio político que también atraviese lo electoral, con referentes programáticos en los intereses populares más que en la voluntad de algún caudillo con carisma y arrastre electoral, y de la predisposición natural de las cúpulas partidarias por negociar cupos de poder dentro de la estructura del Estado.

El valor indispensable de la unidad, tanto política como social, está refrendada por nuestra propia experiencia histórica. Sin embargo, una tarea tan urgente y fundamental, no ha de consensuarse simplemente, sino que ha de ser producto de un proceso permanente de construcción, un proceso crítico para que la heterogeneidad del campo popular sea capaz de moverse en una misma dirección. La unidad planteada no se agota en una mera alianza electoral ni en la convergencia en una movilización, sino en construir un bloque político capaz de impulsar las transformaciones políticas que en cada etapa sean necesarias y posibles. La dispersión política y geográfica –es decir de estructuras nacionales o siquiera macrorregionales- de la Izquierda Autónoma nos condena a un papel de espectadores o, en el mejor de los casos, marginal frente al protagonismo avasallador de los partidos y sus dinámicas, en particular del nacionalismo. Debido a ello surge la necesidad de iniciar un diálogo nacional entre activistas independientes y organizaciones que se reconozcan como parte de esta corriente que hemos denominado “Izquierda Autónoma” para construir un Referente Nacional, que nos permita intervenir en mejores condiciones en el proceso de reconstrucción del espacio y de la unidad de la izquierda socialista, con un proyecto propio y de largo plazo que trascienda largamente las coyunturas electorales. Un tercer nivel de articulación ha de ser de todo el campo popular frente al bloque continuista y conservador, el cual, de profundizarse las tendencias actuales, tendrá un correlato necesariamente electoral en el 2011.

2. Sobre los criterios para la unidad de la Izquierda Autónoma

La tarea de ir superando la dispersión de los diversos núcleos de la Izquierda Autónoma, pasa por una primera aproximación reflexiva sobre algunos puntos centrales y eventualmente de tensión, de cuyo procesamiento colectivo deberían generarse sentidos políticos comunes, elementales para avanzar, en el mejor de los casos y en el mediano plazo, hacia la construcción de un Referente Nacional. Entre las cuestiones más urgentes y definitivas, identificamos las siguientes y sentamos posición sobre ellas:

- Identidad y memoria. Es indispensable para la Izquierda Autónoma construir una identidad movilizadora, y en ese proceso, reencontrarse con la tradición política libertaria del socialismo peruano y de las luchas populares. Nuestras miradas sobre las generaciones precedentes y las izquierdas tradicionales deben ser críticas, pero al mismo tiempo modestas; es preciso valorar sus enormes sacrificios y conquistas históricas. Hay que superar el sesgo “parricida” y acaso mesiánico que nos impide reconocernos como continuidad de una lucha que se enriquece y se diversifica en nuevos escenarios, con nuevos actores y con agendas cada vez más amplias, pero que en modo alguno comienza de cero. La narración de la(s) historia(s) desde las subalternidades y los diálogos intergeneracionales son herramientas claves para reinventar nuestra tradición.

En ese proceso, hay que rescatar también individualidades y procesos históricos referenciales. Se trata de emprender un proyecto de memoria socialista y popular con íconos, símbolos, fechas y consignas, que sirvan de insumos para desarrollar una mística renovada, como sustento último del activismo y la militancia socialistas. Hay que emprender un proyecto identitario que junto con su dimensión histórica contenga también una “dimensión utópica”; que a partir –pero no sólo- de la memoria recree el “mito” mariateguista, aquél que reconoce y valida como determinante la dimensión no racional de la voluntad y la acción políticas.

De las coyunturas históricas que es preciso procesar colectiva y críticamente, la experiencia de la guerra interna es una de las más delicadas, pues implica superar los maniqueísmos coloniales y liberales hegemónicos de los cuales a veces hemos sido tributarios. Saldar cuentas con ese suceso trágico y doloroso, supone para la izquierda dialogar también, directamente, con las versiones silenciadas del conflicto. Las causas, consecuencias y complejidades de la guerra no pueden sepultarse en la historia. Hay que identificar las permanencias de las estructuras sociales y subjetivas de aquel periodo, cuyos ecos resuenan hoy en día, condicionando muchas veces nuestro propio activismo político. En suma, nos planteamos la necesidad urgente de hacer un balance integral desde una perspectiva socialista del conflicto armado.

En tanto que los proyectos unitarios de las izquierdas no son una novedad, también es importante detenerse en ellos, fundamentalmente para extraer lecciones. Así, hay que valorar, con sus limitaciones de frente electoral, la experiencia de Izquierda Unida, como proyecto de representación y articulación política de masas y bases populares, que en la medida en que encarnó la esperanza transformadora de nuestro pueblo, fue mucho más que una mera opción “electorera”. Aunque nunca trascendió su condición de ser una suma de partidos, en la que se recrearon vicios históricos como el dogmatismo, el sectarismo y el reformismo socialdemócrata, desde el espacio de Izquierda Unida el socialismo desafió, enfrentó y contuvo por igual al terrorismo de Estado y al terrorismo de la insurgencia, para defender al pueblo y sus organizaciones, aun a costa de la vida de muchos y muchas de sus militantes. Es imperiosamente necesario para la Izquierda Autónoma hacer un balance justo y crítico, que no se reduzca a romanticismos pero tampoco a prejuicios y reproches, sobre el proyecto y el colapso de Izquierda Unida, toda vez que esa experiencia marcó el punto más elevado de la inserción del socialismo en las expectativas populares. A este propósito, hay que considerar tanto los errores de la izquierda tradicional y partidaria, cuanto el contexto extremadamente difícil de aquellos años, marcados por la guerra interna y la implosión del socialismo realmente existente en el mundo. Las generaciones post-IU a menudo se limitaron a negar y renegar de aquella experiencia fallida, de sus concepciones y de sus métodos. Las alternativas contestatarias que le sucedieron, pocas veces remontaron el abstencionismo, el nihilismo y la despolitización, en el contexto de la dictadura y la crisis de los paradigmas emancipatorios.

Un punto de quiebre sin duda, y que marca un precedente significativo en el surgimiento y articulación de una izquierda crítica y renovada, fue la conformación a partir de varios núcleos a nivel nacional del Movimiento Raíz. Entre los aportes fundamentales de esta primera experiencia, rescatamos la recuperación de la dimensión ética del proyecto socialista, descuidada injustificablemente por la izquierda tradicional; la apuesta por la horizontalidad como alternativa orgánica al autoritarismo, al burocratismo y al caudillismo que hasta ahora impregna a los partidos de izquierdas; y la capacidad de renovar, diversificar y enriquecer el discurso y las prácticas del socialismo, a partir de las experiencias de los movimientos sociales y de las perspectivas teóricas del pensamiento crítico contemporáneo. Constatamos también la necesidad de la Izquierda Autónoma de hacer un balance sobre Raíz, sus alcances y las causas de su extinción.

- Identidad y principios. La diversidad de las experiencias de las cuales proceden los núcleos de la Izquierda Autónoma deberían converger en torno a una plataforma compartida de principios que sirva como referente para superar la fragmentación a causa de nuestra “heterogeneidad”. Los principios deben enunciarse y practicarse más allá del dogmatismo, es decir, que deben aplicarse de manera reflexiva y no mecánica, de acuerdo a cada circunstancia. La unidad principista debe servir para vertebrar la identidad y la integridad del espacio propio de la Izquierda Autónoma, más que para provocar la descalificación y negación compulsiva de otros interlocutores políticos.

- La relación con los movimientos sociales. Hay que recrear la tradición de la izquierda socialista de construir, influir, de ser posible conducir, y defender en su integridad y por principio a las organizaciones sociales. No se trata sólo de acompañar o celebrar las luchas sociales, sino de insertarse y disputar políticamente esos espacios y racionalidades, respetando su autonomía respecto sus demandas y sus lógicas. El espacio social que constituyen las organizaciones de bases, es el espacio natural, y en buena cuenta el decisivo, de la acumulación política de las izquierdas y de la construcción del poder popular.

- La relación con el Estado. Es posible constatar que la creciente conflictividad social en el país no ha tenido –considerando la precariedad e indefinición del nacionalismo y los movimientos políticos regionales- un correlato proporcional en la modificación sustantiva de las relaciones de poder. En ese sentido, el Estado capitalista sigue siendo a todas luces un espacio de poder fundamental, importante para medir y modificar la correlación de fuerzas entre los sectores subalternos y las élites privilegiadas del sistema. Además, es potencialmente el único aparato capaz de oponerle resistencia e imponerle cierto tipo de controles a la dictadura del capital transnacional y a otros poderes fácticos, como el fundamentalismo religioso. La Izquierda Autónoma debería estar en condiciones de superar el abstencionismo, e impulsar alternativas políticas populares y progresistas para aprovechar el aparato y los recursos del Estado burgués en función de su proyecto histórico, que desde luego cuestiona y trasciende a la democracia liberal. La historia reciente de América Latina muestra en algunos casos, que desde la conducción de los Estados, es posible responder positivamente a los intereses populares y profundizar la lucha por la transformación socialista.

- Cuestiones orgánicas. En primera instancia, un referente nacional de la Izquierda Autónoma debería sustentarse en el fortalecimiento permanente de los activismos políticos y temáticos a nivel local y regional, como expresión concreta y tangible de su proyecto, influencia, y relevancia políticas. En segundo lugar, cualquier intento de articulación debería superar el nivel básico de la coordinación de actividades puntuales y del reconocimiento mutuo de los diversos actores, para lograr constituir direcciones políticas colectivas con bases territoriales, por lo menos macrorregionales, si es que fueran insalvables las complicaciones operativas y logísticas para constituir una dirección nacional. Para ello es necesario generar niveles mínimos de representación y centralización; las “redes” inorgánicas y desestructuradas son una opción insuficiente y agotada para enfrentar los retos políticos del momento. El mayor desafío consistiría en elaborar un diseño orgánico lo suficientemente flexible como para incorporar y responder a las especificidades de los actores, agendas, espacios de intervención y coyunturas. Como tercer punto, consideramos indispensable definir paralelamente una agenda programática. En cuarto lugar, consideramos fundamental producir medios y documentos de formación teórica, debate, propaganda y agitación.

- Plazos, etapas y dinámicas para la articulación. Cualquier intento sólido de articulación tendría que pensarse en un horizonte de mediano plazo. La discusión sobre los puntos planteados en este documento de trabajo –y otros que sean pertinentes-, y la construcción de sentidos compartidos sobre ellos, puede servir de pauta inicial para ir madurando progresivamente este proceso. En el corto plazo, creemos que es posible propiciar debates y encuentros a nivel macrorregional con los actores políticos que se sientan identificados con esta iniciativa. Consideramos fundamental coordinar entre todos los núcleos en los que se ha venido discutiendo la propuesta de articular esfuerzos (Lima, Cusco y Arequipa), la elaboración y la difusión de una convocatoria formal para iniciar este proceso de articulación. Tentativamente, el Colectivo SUR propone trabajar para los días 1 y 2 de noviembre de 2008 la realización de un pre-encuentro en Lima o Arequipa, de activistas y organizaciones de la izquierda autónoma con voluntad de construir un Referente Nacional, como espacio previo a la Asamblea Nacional de los Pueblos, convocada por la CPS para el 4 de noviembre.

Arequipa, agosto de 2008

Colectivo Socialismo, Utopía y Revolución
(SUR)

viernes, 11 de julio de 2008

EXITOSO PARO NACIONAL: IMPARABLE RESPUESTA POPULAR



El Paro Nacional convocado por la CGTP y la CPS para este 9 de julio, fue acatado de manera contundente por el pueblo arequipeño, que al igual que en otras ocasiones paralizó totalmente la ciudad y se movilizó multitudinariamente desde los conos hasta la Plaza de Armas, donde alrededor del mediodía decenas de miles de manifestantes se concentraron para expresar su repudio al gobierno aprista.

Desde tempranas horas de la madrugada, comenzaron los bloqueos de las rutas de acceso a la ciudad, así como de las principales avenidas. Las actividades laborales estuvieron suspendidas casi en su totalidad, y los mercados y centros de estudio permanecieron cerrados. Los pobladores, transportistas, comerciantes, estudiantes y trabajadores de empresas públicas y privadas se plegaron a la paralización a través de sus organizaciones de bases.

A media mañana se iniciaron las preconcentraciones en distintos puntos de la ciudad, para realizar las numerosas marchas que convergieron en el centro histórico. Hasta la Plaza de Armas llegaron las delegaciones del Frente Amplio Cívico de Arequipa, pobladores de la central AUPA, la FDTA, el combativo Sindicato de Trabajadores de Construcción Civil, el histórico SUTEP, sindicatos del gobierno regional y municipalidades, transportistas, comunidades campesinas, sindicatos de empresas privadas como Inkalpaca, asociaciones de comerciantes de mercados y mercadillos, asociaciones de trabajadores independientes como la de los Locutorios Móviles, trabajadores despedidos y jubilados, CONACAMI, estudiantes y trabajadores universitarios, la Coordinadora de Juventudes, colectivos y partidos políticos de izquierda, entre muchos otros.

A pesar de algunos incidentes aislados, el Paro transcurrió pacíficamente. Las consignas y demandas de los distintos sectores coincidieron en condenar el continuismo neoliberal y el autoritarismo bufalesco del gobierno de Alan García. Se escucharon llamados a la solidaridad con las problemáticas de otras regiones, como la del Oriente; contra la presencia de tropas estadounidenses en Ayacucho; contra la gran prensa limeña simbolizada en “Chichi” Valenzuela; contra la feroz represión; y por la unidad más amplia de todo el pueblo, saboteada por la infiltración y el fujisenderismo seudorradical.

Esta exitosa jornada de lucha, se levanta como un hito en el proceso de acumulación de las fuerzas populares, que han pasado del repliegue y la pasividad defensiva –como en el caso de los sindicatos y asociaciones que se han fortalecido y multiplicado-, a la reorganización y articulación espontánea como respuesta a la persecución estatal. Sin embargo, esta efervescencia social aún no tiene una expresión política visible y definida, que es sin duda el mayor reto pendiente. La Asamblea Nacional de los Pueblos convocada para el 4 de noviembre será un momento clave y decisivo en ese proceso.

miércoles, 18 de junio de 2008

¡BASTA DE HAMBRE, CORRUPCIÓN, DESEMPLEO, ENTREGUISMO Y REPRESIÓN! ¡9 DE JULIO PARO CÍVICO NACIONAL POPULAR!

Desde el Colectivo SUR expresamos nuestra adhesión a la convocatoria para el próximo Paro Nacional, y hacemos nuestro el descontento que alienta las luchas de todo el pueblo: campesinos, indígenas, estudiantes, mujeres, trabajadores, pequeños empresarios, maestros y muchos otros.

Para la gran mayoría, el “crecimiento económico” tan celebrado por el gobierno y los grandes medios de comunicación, sólo ha significado el alza del costo de vida, el deterioro y privatización de los servicios públicos, el saqueo de nuestros recursos naturales, y una brutal represión que ya ha causado varias muertes.

¿Quiénes se benefician entonces del “crecimiento” y el “desarrollo”? Si la plata nunca alcanza en los hogares, los hospitales se caen a pedazos, la educación pública tiene cada vez menos presupuesto, los sueldos de los trabajadores nunca suben, ¿a dónde se va la riqueza que todos generamos?

Pues a dónde siempre se ha ido. A las cuentas bancarias de los ricos, a los balnearios de Asia, a las clínicas privadas de lujo, a los colegios de élite, a las utilidades multimillonarias de las grandes empresas, a las coimas y sobornos para los magistrados y la “clase política”, a los proyectos de caridad para maquillar la desigualdad y la pobreza.

Los privilegios de unos cuantos se producen a costa de comunidades desplazadas y envenenadas, dirigentes perseguidos y asesinados, trabajadores explotados y derechos recortados, desinformación y embrutecimiento masivo y deliberado.

Así que no cabe esperar nada del “crecimiento”, la “inversión”, el “mercado” o la “globalización”. Las verdaderas alternativas sólo pueden construirse desde el pueblo, con solidaridad, auto-organización y democracia, de forma que el bienestar colectivo esté por encima de las ganancias en las bolsas de valores.

Comencemos el gran cambio desafiando el miedo y la violencia, la injusticia y la desigualdad. Este 9 de julio vamos a encontrarnos todos y a hacernos escuchar.

¡Viva el Paro Nacional del 9 de julio!
¡Fuera tropas yanquis del Perú!
¡Por la unidad de todos los que luchan!
¡Por una alternativa popular de gobierno!

jueves, 8 de mayo de 2008

SUR en la Cumbre de los Pueblos: ¡POR LA UNIDAD, LA PAZ Y LA JUSTICIA!

El Colectivo SUR de Arequipa expresa su saludo fraterno y solidario a todas las personas y organizaciones presentes en la Cumbre de los Pueblos, que más que un simple foro, debe ser una oportunidad para la articulación y la acumulación de todas las fuerzas sociales y políticas que resisten y luchan contra el neoliberalismo.

Denunciamos la feroz persecución contra los luchadores sociales y activistas de izquierdas emprendida por el gobierno aprista y celebrada por los grandes medios de comunicación. Condenamos la represión brutal que a la fecha ha causado varias muertes y que mantiene encerradas en prisión a siete personas falsamente acusadas de terrorismo.

Frente a este clima adverso y autoritario, hacemos un llamado contra el silencio, contra el miedo y contra la indefinición. Y sobre todo, invocamos a la unidad más amplia de todo el pueblo.

Hay que defender y preservar la integridad y la autonomía de las organizaciones sociales, pero al mismo tiempo rechazar el fundamentalismo movimientista que se niega a darle una expresión política al descontento social. El Estado nacional puede ser en nuestros países un instrumento valioso para enfrentar la ofensiva del capital transnacional, y es preciso que los sectores populares disputemos democráticamente su conducción. Sin caudillos ni mesías con carta blanca. El pueblo y sus organizaciones deben estar listos para gobernar.

Tampoco creemos que esto sea suficiente. Con más convicción que nunca defendemos la idea de una sociedad postcapitalista, y más allá de esta indefinición, apostamos resueltamente por el socialismo.

Saludamos la presencia en la Cumbre de los compañeros Presidentes latinoamericanos, en particular del hermano Evo Morales, que lidera en Bolivia el proceso de transformaciones sociales más esperanzador en nuestro continente. ¡Fuerza compañero Presidente! ¡El fascismo secesionista no pasará!

La solidaridad de los grupos oprimidos se expresa en la lucha; una lucha que debe orientarse a lograr la unidad, la paz y la justicia para todos los pueblos.

¡Viva la Cumbre de los Pueblos!
¡Libertad para los siete detenidos en Tumbes!
¡Por la unidad de todos los que luchan!
¡Avanzar sin transar hacia el Paro Nacional!

viernes, 7 de marzo de 2008

SUR: POLÍTICA E IDEOLOGÍA

Asumimos la política como la esfera de la vida social constituida por el entramado de las relaciones de poder, que se establecen entre los grupos humanos a partir de diferenciaciones jerarquizantes. Cuando estas relaciones sociales devienen en estructuras rígidas y verticales, que a través de la titularidad y el ejercicio del poder suponen el bienestar de un grupo social hegemónico a costa del malestar de otros grupos subalternos, identificamos y denunciamos el fenómeno de la dominación.

La dominación se ejerce a su vez a través de dos mecanismos fundamentales: la coerción, que implica el sometimiento por el uso llano de la fuerza; y el consenso, que implica el convencimiento de dominadores y dominados de la legitimidad e inmutabilidad de las relaciones dadas de poder, esto es, la violencia simbólica. Al soporte discursivo de las estructuras sociales y de las relaciones de poder, que se invisibiliza hasta hacerse sentido común, le llamamos ideología.

Una acción es política cuando se orienta a mantener o modificar determinadas relaciones de poder. Politizar un fenómeno o un espacio, es en primer lugar visibilizar las relaciones de poder que lo determinan, y en segundo lugar actuar sobre ellas. Al repertorio de principios y de valores que sustentan nuestras teorías y prácticas políticas, le denominamos también ideología.

Bajo esas premisas, afirmamos que el sentido más amplio de nuestra acción política es combatir la dominación en todas sus formas. Apostamos por lo tanto por una política de socialización y redistribución equitativa de los recursos materiales, simbólicos y políticos que la sociedad produce, y que el capitalismo, el racismo, el heterosexismo, el fundamentalismo y el imperialismo, como formas particulares y conexas de la dominación, concentran en torno a pequeñas élites.

Nos reconocemos en la vasta tradición de lucha de nuestro pueblo y de los grupos oprimidos. Valoramos sus conquistas considerando también sus falencias. Nos ubicamos en la continuidad de la interminable lucha por la liberación.

Reivindicamos además, en la vida y en la obra de José Carlos Mariátegui, fundador del socialismo peruano, un paradigma vigente para la acción política emancipatoria. Sintetizamos el legado mariateguista en los siguientes enunciados:

· La concepción de la política socialista como una actividad esencialmente creadora y libertaria. En un contexto en el que el neoliberalismo hegemónico y el posibilismo conservador de las izquierdas claudicantes han reducido la política a un mero asunto de gestión y administración del aparato estatal, reivindicamos la política como una práctica primordialmente emancipatoria y creativa, “ni calco ni copia”, sino “creación heroica”.

· El trabajo intelectual dedicado a la elaboración del pensamiento crítico. Subrayamos la importancia crucial de levantar discursos alternativos al pensamiento hegemónico, recuperando los saberes subalternos y enriqueciéndolos permanentemente, como parte orgánica de la lucha de los pueblos y grupos oprimidos.

· La valoración positiva de la dimensión no-racional de la política, que Mariátegui llamó el “mito revolucionario”. Aquí, reivindicamos por un lado, la tarea de inventar y recrear racionalidades distintas a la racionalidad instrumental de la modernidad y el capitalismo, y por el otro, reconocemos el papel definitivo de la voluntad individual y de las subjetividades en los procesos emancipatorios.

· La asimilación de la militancia y su ética, en el proyecto personal de vida. “Mi pensamiento y mi vida –declaraba el Amauta- constituyen una sola cosa, un único proceso”.

· La afirmación del socialismo como alternativa. Frente a la indefinición post-capitalista y post-moderna de muchas opciones contestatarias, y reconociendo la pluralidad y legitimidad de las diferentes apuestas progresistas, reivindicamos con Mariátegui al Socialismo como proyecto libertario, y con él, a la Solidaridad como el principio mayor de una organización social radicalmente diferente del capitalismo individualista y competitivo.

En el proceso histórico de la construcción de una alternativa socialista para nuestro pueblo, reconocemos la obra de Alberto Flores Galindo como un punto de inflexión, que evidencia el agotamiento de una época y de una generación, y sienta las bases de una nueva etapa. Asumimos el ejemplo y el encargo de Flores Galindo de volver a pensar el socialismo, para dotarlo de futuro; de hacer del socialismo “una palabra realmente inédita en el Perú” y de reencontrar su “dimensión utópica”.

En la línea de Mariátegui, asumimos la organización de los grupos subalternos como una tarea fundamental de la construcción del poder popular y de la emancipación social. Reivindicamos por ello la figura histórica de María Elena Moyano, como símbolo de la resistencia popular frente a la miseria, la violencia y el terror, y de la consecuencia militante, llevada hasta el sacrificio de la propia vida, en defensa de las organizaciones populares y de la causa socialista.

Entendemos al socialismo como una alternativa necesariamente plural, en la que pueden converger numerosas tradiciones libertarias de todos los pueblos y colectividades del mundo. En ese marco, encontramos en la historia de las luchas populares de la América Latina, un referente político ineludible y una fuente inagotable para la reafirmación socialista. Así, los colores rojo y negro, del Movimiento 26 de Julio, los asumimos como propios, como símbolos del ímpetu socialista latinoamericano.

Dos inquietudes primigenias subyacen a nuestro ideario político: la rebeldía y la esperanza; la negación de un presente injusto y la afirmación de un futuro mejor. Y nuestra práctica política se contiene en tres elementos centrales: reflexión, organización y acción, para la transformación socialista.