El Colectivo SUR de Arequipa expresa su saludo fraterno y solidario a todas las personas y organizaciones presentes en la Cumbre de los Pueblos, que más que un simple foro, debe ser una oportunidad para la articulación y la acumulación de todas las fuerzas sociales y políticas que resisten y luchan contra el neoliberalismo.
Denunciamos la feroz persecución contra los luchadores sociales y activistas de izquierdas emprendida por el gobierno aprista y celebrada por los grandes medios de comunicación. Condenamos la represión brutal que a la fecha ha causado varias muertes y que mantiene encerradas en prisión a siete personas falsamente acusadas de terrorismo.
Frente a este clima adverso y autoritario, hacemos un llamado contra el silencio, contra el miedo y contra la indefinición. Y sobre todo, invocamos a la unidad más amplia de todo el pueblo.
Hay que defender y preservar la integridad y la autonomía de las organizaciones sociales, pero al mismo tiempo rechazar el fundamentalismo movimientista que se niega a darle una expresión política al descontento social. El Estado nacional puede ser en nuestros países un instrumento valioso para enfrentar la ofensiva del capital transnacional, y es preciso que los sectores populares disputemos democráticamente su conducción. Sin caudillos ni mesías con carta blanca. El pueblo y sus organizaciones deben estar listos para gobernar.
Tampoco creemos que esto sea suficiente. Con más convicción que nunca defendemos la idea de una sociedad postcapitalista, y más allá de esta indefinición, apostamos resueltamente por el socialismo.
Saludamos la presencia en la Cumbre de los compañeros Presidentes latinoamericanos, en particular del hermano Evo Morales, que lidera en Bolivia el proceso de transformaciones sociales más esperanzador en nuestro continente. ¡Fuerza compañero Presidente! ¡El fascismo secesionista no pasará!
La solidaridad de los grupos oprimidos se expresa en la lucha; una lucha que debe orientarse a lograr la unidad, la paz y la justicia para todos los pueblos.
Denunciamos la feroz persecución contra los luchadores sociales y activistas de izquierdas emprendida por el gobierno aprista y celebrada por los grandes medios de comunicación. Condenamos la represión brutal que a la fecha ha causado varias muertes y que mantiene encerradas en prisión a siete personas falsamente acusadas de terrorismo.
Frente a este clima adverso y autoritario, hacemos un llamado contra el silencio, contra el miedo y contra la indefinición. Y sobre todo, invocamos a la unidad más amplia de todo el pueblo.
Hay que defender y preservar la integridad y la autonomía de las organizaciones sociales, pero al mismo tiempo rechazar el fundamentalismo movimientista que se niega a darle una expresión política al descontento social. El Estado nacional puede ser en nuestros países un instrumento valioso para enfrentar la ofensiva del capital transnacional, y es preciso que los sectores populares disputemos democráticamente su conducción. Sin caudillos ni mesías con carta blanca. El pueblo y sus organizaciones deben estar listos para gobernar.
Tampoco creemos que esto sea suficiente. Con más convicción que nunca defendemos la idea de una sociedad postcapitalista, y más allá de esta indefinición, apostamos resueltamente por el socialismo.
Saludamos la presencia en la Cumbre de los compañeros Presidentes latinoamericanos, en particular del hermano Evo Morales, que lidera en Bolivia el proceso de transformaciones sociales más esperanzador en nuestro continente. ¡Fuerza compañero Presidente! ¡El fascismo secesionista no pasará!
La solidaridad de los grupos oprimidos se expresa en la lucha; una lucha que debe orientarse a lograr la unidad, la paz y la justicia para todos los pueblos.
¡Viva la Cumbre de los Pueblos!
¡Libertad para los siete detenidos en Tumbes!
¡Por la unidad de todos los que luchan!
¡Avanzar sin transar hacia el Paro Nacional!
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