El Colectivo SUR lamenta profundamente que una vez más hayan naufragado los intentos de las fuerzas del cambio por construir una sola propuesta política de cara al proceso electoral del año 2011. Un momento que pudo haber sido decisivo para comenzar a desmontar el neoliberalismo, parecería condenado a ser la reafirmación del continuismo de la dominación oligárquica. Sobre este desalentador escenario político, debemos expresar lo siguiente:
1. Lamentamos que no haya emergido en los últimos años ningún liderazgo lo suficientemente abierto, dialogante e inclusivo como para convocar y aglutinar a las fuerzas sociales y políticas que vienen luchando por construir un país más justo. Antes bien, constatamos la presencia de viejos y nuevos caudillos que se asumen infalibles, indispensables y que pretenden sujetar las aspiraciones del pueblo a sus desmedidos apetitos personales. Los candidatos naturales, los dirigentes eternos, los pequeños caudillos que a toda costa pugnan por hacer del 2011 su plataforma política personal para el 2016, acusan todos una misma perversión personalista y un complejo mesiánico que los incapacita de plano para liderar el cambio que el país reclama.
2. Repudiamos a las avejentadas e ineptas cúpulas partidarias que desde hace al menos 20 años arrastran a la izquierda peruana por el camino de la fragmentación política. Como es su insana costumbre, aunque se llenaban la boca invocando hipócritamente a la unidad, han terminado postergando los aspectos programáticos por el cálculo mezquino de la repartija de cupos y el interés de secta. Han despreciado sin empacho todos los esfuerzos unitarios que en muchas partes del país se venían llevando a cabo, confirmando una vez más que son descaradamente reaccionarias y autoritarias en el manejo de sus propias organizaciones.
3. Deploramos también a las corrientes seudo renovadoras que desde siempre hicieron apología de la dispersión, alentaron compulsivamente la indefinición ideológica y despotricaron contra la izquierda tradicional, y han terminado aliándose con ella para parcelar el espacio político progresista con la única pretensión de retener la mayor cantidad de cupos y satisfacer las incontenibles ansias de figuración de sus prospectos de nuevos caudillos.
4. Consideramos que la división de las fuerzas progresistas compromete gravemente las perspectivas de las luchas sociales que se llevan a cabo en todo el país, puesto que las condena a seguir siendo cruelmente reprimidas y garantiza que la balanza se incline casi siempre en favor de los grupos de poder, con altos costos sociales, muertos y heridos del lado del pueblo. El reciente asesinato de un poblador en Ancash en el marco de la lucha por la defensa del agua, o el inicio de atentados terroristas contra los líderes sociales antimineros en Arequipa, ilustran el contexto cada vez más adverso que existe para la defensa de los derechos fundamentales de las poblaciones y que amenaza con prolongarse por cinco años más con el previsible triunfo electoral de las opciones de la derecha.
5. En ese sentido, afirmamos que quienes perpetraron y crearon condiciones para la división han traicionado al pueblo peruano, al complicar todavía más las posibilidades de arrebatarle a la oligarquía y sus mercenarios el control del aparato del Estado. Tal actitud evidencia la caducidad irreversible de los partidos de la izquierda tradicional y sus persistentes dinámicas autoritarias y sectarias. Y certifica también que la involución hacia el centro, el liberalismo y la vacilación, y el encubrimiento de las viejas prácticas con nuevos rostros, no pueden ser el camino de la renovación de la izquierda peruana.
6. Por tanto, ante este nuevo y definitivo fracaso de las cúpulas –las dizque marxistas y las liberales, las viejas y las seudo renovadas- que defraudaron todas las expectativas de un cambio de rumbo en nuestra patria, constatamos la necesidad impostergable de la renovación. Ahora o nunca. Instamos a las juventudes de los partidos a tomar de una buena vez el control de sus organizaciones políticas, a desplazar y expulsar sin miramientos a las cúpulas que han secuestrado y degenerado los que deberían ser instrumentos políticos del pueblo. O en su defecto, los llamamos a no ser instrumentalizados por los cálculos personalistas y mezquinos de unos cuantos farsantes, y a abandonar esos espacios para construir nuevos referentes. En cualquier caso, mantenerse en la pasividad frente a una irresponsabilidad tan grave, es avalarla tácitamente.
7. Boicoteado el espacio de lucha electoral unitaria, quedan muchos otros escenarios en los cuales es preciso seguir dando batalla. Convocamos a todas las fuerzas del cambio a respaldar hoy más que nunca las luchas de los movimientos sociales y a construir en el mediano plazo organizaciones políticas nacionales que canalicen esos esfuerzos en un proyecto político plural y unitario, con un horizonte de transformación socialista.
¡ABAJO LAS CÚPULAS DIVISIONISTAS Y SUS CAUDILLOS!
¡POR LA RENOVACIÓN DE LA IZQUIERDA PERUANA, AHORA O NUNCA!
¡EL PUEBLO UNIDO JAMÁS SERÁ VENCIDO!
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Arequipa, 12 de diciembre de 2010
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